Ficha
Ubicación: Mar del Plata, General Pueyrredón, Provincia de Buenos Aires. Superficie del lote: 2931,28 m2. Superficie cubierta: 970,16 m2. Superficie semicubierta: 204,84 m2. Fecha de finalización: febrero, 2023.
Memoria
En Mar del Plata, una empresa constructora de obras industriales, más precisamente, estructuras metálicas en multiplicidad de formas nos convoca para llevar adelante el proyecto de un edificio cuyo destino será sus propias oficinas. Como condición proponen que precisamente contáramos y pusiéramos en valor los recursos materiales, equipos y producción que disponen para el planteo de tal edificio, optimizando sus posibilidades tecnológicas. Considerar las distintas piezas que componen un sistema estructural metálico, sus diversas geometrías, su producción standard y a medida, sus posibilidades de anclajes y uniones y demás detalles, nos permitió familiarizarnos con aquello que disponíamos para plantear un edificio, ya no de almacenaje, a los que mayormente responden estos sistemas, sino de oficinas. A partir de estas variables decidimos utilizar estos elementos de forma expresiva, tal que el comitente, una empresa constructora de obras industriales, pueda sentirse representada por sus instalaciones. En cuanto a nivel urbano, el lote se ubica en calle los Aromos y Reforma Universitaria, a los márgenes de un tejido residencial de viviendas de densidad media y a orillas de una avenida fuertemente concurrida por vehículos y actividades, como lo es Juan B. Justo. En cuanto a la implantación contamos con un terreno en esquina, producto de la unificación de siete lotes, que resulta generoso en términos de superficie para el programa de necesidades que se nos requiere. En consecuencia, proyectamos considerando que, en tal toma de partido, surgiera una necesidad de crecimiento del programa original, o la posibilidad de implantarse otra empresa, resolviendo con anterioridad un acceso independiente, expansiones y demás necesidades programáticas. Pensamos entonces en la racional convivencia de empresas distintas, una sinergia donde conocimientos, experiencias, formas de trabajo e incluso de habitar, puedan ser compartidas y hasta solidarias unas con otras. Como parte singular del programa el comitente solicita un quincho totalmente independizado del edificio, en orden que pueda ser usado sin necesidad de tener que abrir el sector de oficinas. Esta condición nos permitió dejar la huella que indica la posición de ese posible crecimiento o implantación de una segunda tira programática, capitalizando el tamaño del lote. Considerando lo descripto anteriormente, como toma de partido el edificio surge como respuesta al entorno, a un programa flexible y a los límites, normativos y físicos del lugar. En consecuencia, proyectamos el edificio retrotrayéndose de la línea municipal, contribuyendo al ensanche de la vereda en la esquina, que auspicia, además, el acceso al edificio y ofrece ampliar el espacio público. El resto de su frente curvo se pone de manifiesto a partir de la materialización de un muro de bloques de hormigón, muy representativo de la industria de galpones, que va a separar el acceso principal del edificio, de otro secundario para usuarios y vehículos de la empresa, más allá de abrazar entre ambos accesos un patio de uso propio del edificio capitalizando la buena orientación. Resulta entonces una tira franca en su condición geométrica, que se distancia de la medianera en un tramo por el paquete de servicios y logra verse definida por la rigurosidad de un sistema de arcos equidistantes que establecen a partir de la posición de sus columnas, áreas de uso, vacíos y circulaciones, otorgando, a pesar de lo duro del sistema, la flexibilidad suficiente para un programa de estas características, sin resignar relaciones espaciales y visuales tanto interior- interior como interior-exterior. La necesidad de proyectar un edificio de oficinas con tecnología y materiales propios de un galpón a pedido del comitente, nos brindó la oportunidad de pensar arquitectura con estos elementos y sobre todo poner en valor a los mismos, no sólo en términos estructurales, sino en resoluciones de instalaciones, como puede ser el caso las bajadas pluviales que se guardan en el vacío de las columnas cilíndricas, por nombrar algo, pero por sobre todo en su nivel expresivo. Los elementos estructurales, en su justa composición, acompañados de sus dimensiones, devenidas del cálculo en armonía con la escala de los espacios proyectados, sintetizados y a veces neutralizados sólo con la aplicación de dos tonos o colores, acompañados en el interior con cortinas/costillas de madera en el amarillo natural del guatambú, otorgan a los espacios de trabajo identidad, calidez y sobriedad. Así mismo ocurre en la fachada, donde todo el sistema se ve reducido a la expresión de las líneas de caños estructurales o planos de estructura metálica revestidos en aluminio compuesto, que refuerzan y acompañan la tira en todo su recorrido, connotando dinamismo. A su vez proyectan luces y sombras validando profundidades en fachada, definen transiciones exterior- exterior (cierre en esquina que da lugar al acceso) o tamizan visuales interior- exterior (parasoles). La línea aparece entonces en sus distintas versiones, como plano remate de cubierta, como parasoles, como bancos o mesas corridas, como límite entre lo público y semi-público. La planta en su condición racional, se encuentra horadada en dos oportunidades con intención de lucir relaciones espaciales, en el hall de acceso brindando la jerarquía que este lugar merece y en la salida al patio de expansión privada, en concordancia con el vacío por detrás amenizando el recorrido y las relaciones internas del edificio. Ambos vacíos vestidos por las costillas verticales de madera dan cuenta de esta relación vertical acompañados en sus fondos con las escaleras, una pública, de acceso de clientes y la otra de uso interno exclusivamente privado. Ambas se recorren contemplando el patio de fondo coincidentes con los vacíos. Así como el edificio se ve definido por un sistema, la planta hace coherente tal esquema y justamente emplaza en su tramo todo aquello que resulta sistematizable desde el programa, como pueden ser áreas de trabajo, oficinas, y otros; mientras que alberga lo atípico en su esquina o remate, como puede ser una suerte de estar o reunión abierta en planta baja y sala de juntas principal en el nivel superior. Esta fuerte racionalidad constructiva, no condicionó pensar al edificio en los términos arquitectónicos que nos interesan y sobre los cuales reflexionamos a diario, por lo contrario, nos encontramos desafiados a priorizar búsquedas espaciales, optimizar las posibilidades de los materiales a partir de la coordinación modular y reducir de forma considerable los tiempos de obra. Por último, cabe mencionar la búsqueda personal de nuestro estudio en cada trabajo que se nos encomienda, como premisa nos sentimos invitados a reflexionar sobre la oportunidad de observar la ciudad, que es nuestra primer mirada, entender a lo que hacemos como parte de un todo y que eso que hacemos pueda colaborar en mejorar, desde lo más humilde, austero y aunque más no sea un poco, la ciudad donde vivimos. En este planteo, en particular, el vacío urbano se modificó, se amplió y al contexto y la escala circundante se la respetó y con el placer de que una porción de ese terreno hoy se comparte con la ciudad.
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